Vasto infinito de las cumbres

Y un lago entre las montañas con pétalos del cielo,

Hay aún esperanzas,

De coronas que quisieron gobernar…

Mas la tierra es hoy, mi abúlico corazón

Tus ojos, la ira, te visten de hipocresía

Y una sombra se devora lo inconsciente

Que comanda las relaciones del ello con mi cuerpo

Mi análisis sigue , aunque no sabe que sabe

Que “esas” relaciones nunca fueron lo que debían ser…

Allá en el infinito, me aterra el tren exiguo

porque pienso en mi juventud,

Solo la marca de una huella

y los recuerdos se tiñen de duelo

y pienso que quien despierte a mi lado

Se encontrará miradas que delatan temores en cascada

Porque hubo un desierto

Que cautivó a un mar que agonizaba

Y sin querer me enojé con el cielo

Empero, la lluvia no tiene culpa porque aún tengo sentimientos vírgenes…

Me visten de lirios, jazmines y girasoles

Y aún despierta mi vientre sigue creciendo.