Solo se veía Un manto de Edén

Pero debajo estaba tu sombra,

Valle de finas espinas

Y bosques de heladas hierbas.

Mientras dejé que la tempestad me estremezca

Crecieron pocas rosas bajo la llovizna

Y de pronto aroma de ángel

Y tu sombra…sin forma detrás de la pared

Resisto a ver que tu luz ya no brilla

Y un ángel se ahoga en mis propias ruinas

Mientras el abismo me tiende su mano

El barrio donde nací, los juegos de mi infancia

todo hunde allí sus raíces

Pero yo solo veo una hamaca vacía

Y mi verdad, y mi culpa, y mi deseo

Se funden en esta tarde gris.

Arrogancia…fuiste más allá de donde debías

Por clavarte como un suave puñal en mi inocencia

triste quedaste bañada en tu propia sangre

Pero tu reino se quedó sin legado

Porque aún mi alma prisionera

Ya no quiere seguir hamacándose.