Solo cuando las naciones riegan sus laureles

compensan la paz de los inmensos campos santos,

el mérito de una infancia con ventanas cerradas,

como gritos de inocentes fosas braman

los desterrados sueños de mi juventud.

Las calles están vacías y me ahogo en tu territorio

donde los lirios marchitan al amanecer.

Como sujeto sin alma hundes las grietas en mi rostro

mientras yo intento besar

la lozanía del Edén que construí

y así, del ala de algún pájaro

poder cruzar los portentos para hablar con las montañas,

o tal vez lo etéreo….pero

aún te digo..que no te haz llevado

la última flor de mi jardín en vano

y con eso me alcanza amor..

será por eso quizas..que

reposan tus lamentos y tus latidos,

y mi fantasía cobra vida en el intento

solo para edificar tu canto.